Una amistad irrompible

Hace nueve años y medio la noche y el día se encontraron por primera vez. Fue algo especial como los eclipses que se dan cada mil años... Al principio todo era negativo entre ellas hasta que coincidieron en un amanecer y decidieron seguir juntas apesar de sus diferencias y de que solo coincidieran en el amanecer y el anochecer. Como esta amistad es única y especial jamás desaparecerá por mucho tiempo que pase y muy lejos que estén la una siempre estará en el corazón de la otra, unidas por un lazo que va mas allá de la visión y de la razón humana.

La gente siempre ha pensado que una verdadera amistad consta de encontrar a una persona parecida a ti y que comparta tus gustos y aficiones; pero con el tiempo nos hemos dado cuenta que lo más bonito de una amistad es encontrar a aquella persona que te complementa, tu polo opuesto; esa persona que cuando estás triste te da la alegría que necesitas, que cuando tienes un problema te intenta ayudar sin pensar, para que la otra pueda solucionarlo. Eso es lo que ocurre en nuestra amistad cuando una esta de capa caída la otra tira de ella y la levanta y la ayuda a salir del bache y al revés.

La verdad es que somos diferentes en todo; a una le gusta la playa, a la otra la montaña; a una el chocolate, a la otra la vainilla; y así en cientos de cosas. También tenemos aficiones diferentes pero siempre conseguimos ponernos de acuerdo. Hay días que no nos importa ceder y otros en los que somos muy cabezotas y acabamos cada una por su lado y enfadadillas, pero a los 5 segundos se nos olvida. Nuestra amistad es irrompible, jamás dejaremos de ser amigas.

La noche y El día.